El actor escocés Sean Connery ha fallecido este sábado a los 90 años, según ha informado su familia en un comunicado. Todavía no se ha dado a conocer la causa de su deceso. El intérprete fue el primero en encarnar al mítico James Bond en el cine y lo hizo en un total de siete películas entre 1962 y 1983 que le sirvieron en bandeja una gran fama y dinero. Connery llevaba desde 2003 apartado de la gran pantalla. Su último trabajo fue en La liga de los hombres extraordinarios. Su prolífica carrera como actor abarcó décadas y sus numerosos premios incluyeron un Oscar como actor de reparto por su magnífico policía de Los intocables de Eliott Ness, de Brian de Palma, dos premios Bafta y tres Globos de Oro.
Para muchos fue sin duda el mejor agente 007 con licencia para matar. El suyo fue un espía tremendamente carismático, seductor y machista. Se metió por primera vez en el papel ideado por Ian Fleming en Agente 007 contra el Dr. No (1962), que dio inicio a una larga serie de películas sobre el famoso agente. Durante todos estos años, varios han sido los rostros que ha adoptado el espía británico en la gran pantalla. El último, el británico Daniel Craig, que aparecerá por última vez en Sin tiempo para morir, si algún día llega a estrenarse en los cines tras varios aplazamientos por el coronavirus.
Su debut en la gran pantalla fue en un papel sin acreditar en Lilacs in the spring (1954) y tres años más tarde encarnó a Spike, un gángster con problemas de habla en el thriller No road back. Luego apareció como secundario en Hell drivers, protagonizado por Stanley Baker, y Action of the Tiger, dirigida por Terence Young, con quien Connery se reuniría más tarde en Dr No. En 1957 también actuó junto a Lana Turner en el melodrama Another Time, Another Place y en 1959 obtuvo el rol principal en la cinta familiar de Walt Disney Darby O’Gill y el Rey de los duendes.